Trabajar en casa no es tan guay como algunos piensan. En realidad es lo peor de lo peor, sobre todo si tienes hijos a los que cuidar mientras contactas con clientes y proveedores.
Trabajar en casa no es tan guay como algunos piensan. En realidad es lo peor de lo peor, sobre todo si tienes hijos a los que cuidar mientras contactas con clientes y proveedores.