Poco habitual lo que ha sucedido en Rumanía esta semana. Un toro se escapó de una granja y sembró el pánico entre los habitantes de la ciudad de Braila. De hecho, un policía que estaba dirigiendo el tráfico se llevó la peor parte, ya que fue embestido y tuvo que ser trasladado al hospital para recuperarse del traumatismo craneoencefálico que le produjo el impacto con el animal.
El bovino, que más que un Miura parecía una vaquilla con ganas de juerga, terminó su excursión cuatro horas después de pisar la ciudad.