A este pobre hombre se le acabó la espuma de afeitar justo el día en el que tenía que hacerse las fotos para el carné de conducir. Lo peor de todo es que se quedó a medias pensando que le quedaba suficiente espuma.
A este pobre hombre se le acabó la espuma de afeitar justo el día en el que tenía que hacerse las fotos para el carné de conducir. Lo peor de todo es que se quedó a medias pensando que le quedaba suficiente espuma.