No acabo de entender lo que pretendían estos dos muchachos, uno saltando con su bicicleta desde el tejado de una casa y el otro con una palanca entre los huevos. ¡El grito de dolor no tiene desperdicio!
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No acabo de entender lo que pretendían estos dos muchachos, uno saltando con su bicicleta desde el tejado de una casa y el otro con una palanca entre los huevos. ¡El grito de dolor no tiene desperdicio!