Tanto los caracoles como las tortugas son muy lentos. Por eso no es de extrañar que entre ellos piensen que van demasiado rápido. Sus límites de velocidad son distintos a los que tienen otros animales como por ejemplo el guepardo.
Tanto los caracoles como las tortugas son muy lentos. Por eso no es de extrañar que entre ellos piensen que van demasiado rápido. Sus límites de velocidad son distintos a los que tienen otros animales como por ejemplo el guepardo.