Está claro que el poker es el más histórico juego de cartas que desde hace siglos ha reunido a amigos o jugadores profesionales alrededor de una mesa, normalmente, con bastante dinero en juego. Es habitual entrar en un bar y ver a grupos de personas disfrutando con las cartas, sin embargo, sigue chirriando ver jugar al póker a depende quién.
¿Se imaginan a unos monjes budistas enganchados alrededor del tapete? Pues no hace falta. Es totalmente cierto. Monjes jugando al poker es una frase que, desde luego, suena rara. Si después dices que no solo repartían las cartas y apostaban sino que también aprovechaban el tiempo para fumar y beber la imagen ya comienza a parecer una caricatura. Desde luego digna de las películas más desternillantes.
Así fueron pillados seis monjes budistas en Corea del Sur. Después de verles, les han obligado a renunciar a su cargo. No pienso entrar a valorar si con razón o no. Me da igual si las religiones consideran el juego como bueno o malo. Pero… sinceramente, pensar en estos seis señores, con sus túnicas, sus gorros, sus trajes oficiales, dándolo todo con el poker me provoca una sonrisa instantánea.
Otras pilladas en España y Francia
Lo que sí que tengo claro es que prefiero que jueguen al poker estos señores en sus tiempos libres a que, por ejemplo, lo hagan los políticos. Bastante desprestigiada está ya la clase política como para que ellos mismos echen más leña al fuego. En julio del 2012 varios concejales del Partido Popular fueron divisados en un pleno del Ayuntamiento de Murcia disfrutando del tenis o preparando fiestas a través de su iPad.
Más reciente aún es el escándalo de Bartolomé González y María Isabel Redondo, ambos también del PP, que se lo debieron pasar de maravilla jugando al Apalabrados en pleno debate sobre las medidas fiscales en el Congreso de los Diputados. Yo entiendo que este juego engancha, pero un poquito de respeto por favor. A pesar de la situación que se está viviendo y de que, a diferencia del caso de los monjes, no es precisamente una sonrisa lo que me sale cuando me entero de estas noticias, esta es irremediable si lo analizas fríamente.
Pillados también, en este caso jugando al poker, fueron varios diputados franceses en noviembre del año pasado. Las fotos de estos señores dieron la vuelta al mundo. Interesados, lo que es muy interesados por el futuro de su país, no se les veía.