Así de mal terminó una pelea entre un ciervo y un pastor alemán. Nadie podía detenerlos hasta que al final llegó la policía. Ahora tendrán que pasar la noche en el calabozo a falta de que se celebre el juicio.
Así de mal terminó una pelea entre un ciervo y un pastor alemán. Nadie podía detenerlos hasta que al final llegó la policía. Ahora tendrán que pasar la noche en el calabozo a falta de que se celebre el juicio.