Es lamentable. Es un inglés campestre. Es para echarse a llorar. Ana Botella, con su «zankiu Ignacio» o su «relaxing cup of café con leche«, terminó de aclarar las dudas a todos aquellos miembros del COI que todavía estaban indecisos. Quiso hacerse la simpática y nos dejó por los suelos.
Mariano Rajoy y compañía se encargaron de poner el toque mafioso a la presentación, mientras que ella, supuestamente también ha mangado todo lo que ha podido y más desde que está en política, se encargó de confirmar que somos un país de pandereta, donde cualquier cazurro puede ser político.