Los niños quieren ser como los mayores, tratan de imitar el máximo número de cosas posible. Por eso no es de extrañar que algunos se afeiten pese a no tener ni un solo pelo en la cara.
Los niños quieren ser como los mayores, tratan de imitar el máximo número de cosas posible. Por eso no es de extrañar que algunos se afeiten pese a no tener ni un solo pelo en la cara.