Es normal que durante un concierto a uno se le puedan poner unos redondeles inhumanos en los sobacos debido al sudor. Sin embargo, lo de mearse ya no es tan normal, y más si sabes que eres el centro de atención.
Es normal que durante un concierto a uno se le puedan poner unos redondeles inhumanos en los sobacos debido al sudor. Sin embargo, lo de mearse ya no es tan normal, y más si sabes que eres el centro de atención.