Cuesta de creer, pero este gato y este pez se llevan muy bien. Al felino no se le pasa por la cabeza comérselo, aunque todo dependerá de la comida que le den los dueños. Si algún día se olvidan de dársela es probable que la pecera se quede vacía.
Cuesta de creer, pero este gato y este pez se llevan muy bien. Al felino no se le pasa por la cabeza comérselo, aunque todo dependerá de la comida que le den los dueños. Si algún día se olvidan de dársela es probable que la pecera se quede vacía.