Ahí va una selección de chistes malos, muy malos.
-Niño, sal del coche y mira si funciona el intermitente.
-Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no…
-Oiga, por favor, ¿la calle Provenza?
-Sí, es la que viene.
-¡Ah! Entonces me espero.
-Oye, ¿a ti te suena un tal Pérez?
-No, yo me sueno solo.
¿Por qué los perros aullan en el desierto?
Porque no hay árboles, sólo cactus.
¿Qué le dice un huevo a una sartén?
Me tienes frito.
Dice un mosquito:
-Mamá, mamá ¿puedo ir al teatro?
-Sí, cariño, pero ten cuidado con los aplausos.
¿Cuándo se independizó la India?
Cuando el indio le dio divorcio.
-Mamá, mamá, ¡qué buena está la paella!
-Pues repite, hijo, repite.
-Mamá, mamá, ¡qué buena está la paella!
Va un grano de arena andando por la calle y cuando llega a la playa, dice:
-¡Guau, qué ambientazo!
-Mamá, mamá, en el colegio me llaman hijo de vaca.
-Muuuuuuuuurmuraciones, hijo, muuuuuuuuuuuurmuraciones.
Un árabe vendiendo sillas en el mercado.
-¿Cuánto cuestan? – le pregunta un cliente.
-Mil sitisientas.
-¿Y si no me siento?
-Pues entre pitos y flautas me he gastado diez mil euros.
-¿Y eso?
-Pues ya ves, cuatro mil en pitos y seis mil en flautas.
Un paciente entra en la consulta del médico.
-¿Qué es lo que le ha traído por aquí? -le pregunta el médico.
-Una ambulancia, ¿por qué?