Los regalos hacen que la Navidad sea mágica. Papá Noel y los Reyes Magos se dejan caer para alegrarnos los últimos días del año que dejamos y los primeros del que empezamos. Sin embargo, pocos son capaces de llegar al nivel de felicidad del niño que protagoniza el siguiente vídeo.
Papá, soy demasiado feliz.
Dicen que algunas muñecas dan mucho miedo, pero a mí me daría más cague tener una muñeca que se parece tanto a mí.
No hay mejor forma de solidarizarse con un hijo que comiendo espaguetis como él. Luego te vas directamente a la ducha y solucionado.
El cubano Ángel Boligán ha sabido plasmar en un dibujo lo que ya está sucediendo en algunos parques. Los niños ya no quedan para jugar al fútbol, ahora prefieren divertirse con sus consolas, móviles y tabletas.
Claro que sí, todos los miembros de la familia deben brindar para celebrar lo que sea.
No sé si es cosa de sus madres o es cosa suya. El caso es que a continuación podéis ver una recopilación de imágenes en la que aparecen niños que se visten mejor que la mayoría de nosotros, con elegancia. Apuntan a modelo con las poses que adoptan y no se sienten intimidados por las cámaras. Tienen futuro en el mundo de la moda.
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De momento no es capaz de levantar peso como Dios manda, pero va por el buen camino. El futuro campeón de halterofilia sabe que pronto se convertirá en una estrella. Es cuestión de tiempo. Tal vez por ello le choca la mano a sus colegas mayores con tanto descaro.
Hay que ver lo pronto que empezamos a mirar escotes. Con apenas dos años ya somos capaces de echar una miradita disimulada.
¿Qué pasaría si toda la familia llorara como el niño que podéis ver en la imagen que está sobre estas líneas? La respuesta, a continuación.
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Me sabe mal por el «pobre» niño. No juega con coches, muñecos o el clásico Mr. Potato que todos hemos tenido. Está condenado a tocar fajos de billetes desde el primer día por ser el hijo de un político. Es lo que tiene que papá lo robe todo, todo y todo.
