Nadie dijo que ser esquiador iba a ser fácil, menos cuando uno de esos banderines del slalom te golpea toda la entrepierna. ¡Eso debe doler que no veas!
Nadie dijo que ser esquiador iba a ser fácil, menos cuando uno de esos banderines del slalom te golpea toda la entrepierna. ¡Eso debe doler que no veas!