Disfrazarse de sofá es una opción para la noche de Halloween. Eso sí, ten cuidado porque puedes terminar destrozándote la espalda, los cuádriceps y las rodillas (como mínimo).
Nota: Lo único bueno es que podrás meter mano a diestro y siniestro.
Disfrazarse de sofá es una opción para la noche de Halloween. Eso sí, ten cuidado porque puedes terminar destrozándote la espalda, los cuádriceps y las rodillas (como mínimo).
Nota: Lo único bueno es que podrás meter mano a diestro y siniestro.