No me preguntéis qué es lo que hace esa chica subida en la mesa de una biblioteca con las pesas porque no tengo ni idea. Lo único que sé es que los allí presentes están alucinando, entre otras cosas porque sus calcetines no pueden ser más horteras.
No me preguntéis qué es lo que hace esa chica subida en la mesa de una biblioteca con las pesas porque no tengo ni idea. Lo único que sé es que los allí presentes están alucinando, entre otras cosas porque sus calcetines no pueden ser más horteras.