Tanto a los americanos como a los de Al Qaeda les gusta mucho jugar con las bombas. Eso sí, mientras que los primeros no tienen miedo a colocarlas, los segundos se pelean porque no quieren inmolarse.
Tanto a los americanos como a los de Al Qaeda les gusta mucho jugar con las bombas. Eso sí, mientras que los primeros no tienen miedo a colocarlas, los segundos se pelean porque no quieren inmolarse.