No os asustéis. Ninguno de los dos ha salido del armario. Lo que pasa es que una pareja de Taiwán (o por ahí) se ha casado con las camisetas de los dos mejores jugadores del mundo.
No os asustéis. Ninguno de los dos ha salido del armario. Lo que pasa es que una pareja de Taiwán (o por ahí) se ha casado con las camisetas de los dos mejores jugadores del mundo.