En Just for Laughs siguen con sus bromas de cámara oculta. La del siguiente vídeo es bastante pesada, más que nada porque un motorista parece perder la cabeza, y no precisamente en sentido figurado…
Recopilación de bromas de Just for Laughs
Just for Laughs es un fantástico programa de televisión que consiste en gastar bromas con cámara oculta a personas anónimas. Llevamos ya un tiempo viendo algunas de forma individual, así que pienso que ya es hora de ver una buena recopilación. Esta concretamente corresponde al primer episodio de la novena temporada.
Tostadora milagrosa
A continuación vais a ver una broma con cámara oculta de Just for Laughs protagonizada por Jesús, quien es capaz de convertir una tostadora convencional en una tostadora milagrosa.
Cámara oculta de los cupcakes
La última broma con cámara oculta de Just for Laughs es cuanto menos ingeniosa. Tiene que ver con los deliciosos cupcakes y con una persona que quiere llevarse más unidades de las que tocan por la patilla.
Broma del stop gay
No os perdáis la broma del stop gay, una de las últimas de Just for Laughs. Dirigir el tráfico puede ser muy embarazoso…
Cámara oculta protagonizada por un policía juguetón
A continuación vais a poder ver la última broma de Just for Laughs. Está protagonizada por un policía juguetón que le toma el pelo a sus víctimas haciéndoles creer lo peor.
Sopa difícil de comer
Vuelvo a la carga con una broma con cámara oculta de Just For Laughs que tengo que reconocer que me ha gustado mucho. Un plato de sopa es el protagonista por culpa de una cuchara bastante caprichosa…
Broma de la mujer sexy comiendo como un cerdo
Una mujer si es sexy puede atraer a cualquier hombre. Sin embargo, comiendo como un cerdo logra todo lo contrario… No os perdáis la siguiente broma con cámara oculta de Just for Laughs.
Los japoneses y sus cámaras ocultas
Los japoneses no tienen piedad a la hora de gastar bromas con cámara oculta. A continuación vais a poder ver una muy desagradable que atemorizó por completo a la víctima.
No pulsar el botón rojo
Si te dicen que no toques algo, entonces te entran más ganas de tocarlo. Es lo que se conoce como psicología inversa. Pulsar el botón rojo puede ser muy tentador.