Por suerte o por desgracia, cada uno de nosotros es único en el mundo. Eso se manifiesta en todo tipo de comportamientos, como por ejemplo el que se puede describir a partir de la foto que se muestra a continuación.
Si os fijáis bien, el niño que aparece en primer lugar está alucinando con el espectáculo que han organizado. El segundo, en cambio, tiene otro motivo para alucinar, y ése no es otro que que el culo de la cheerleader que tiene delante.