A este abuelo no le importa tirarle la caña a una jovencita, se siente seductor y lo único que se atreve a decir es algo así como «¡Ay omá que rica!»
A este abuelo no le importa tirarle la caña a una jovencita, se siente seductor y lo único que se atreve a decir es algo así como «¡Ay omá que rica!»