Si eres presentador de televisión, los estragos de la edad pueden ser más evidentes… Se nota que el trabajo desgasta mucho. En cuatro años pasó de ser un chaval con ganas de comerse el mundo a todo un anciano.
Si eres presentador de televisión, los estragos de la edad pueden ser más evidentes… Se nota que el trabajo desgasta mucho. En cuatro años pasó de ser un chaval con ganas de comerse el mundo a todo un anciano.