A nadie debería sorprenderle la placa que prohíbe el acceso a los perros. Digamos que campan a sus anchas y se rebelan contra esa prohibición siempre que pueden.
A nadie debería sorprenderle la placa que prohíbe el acceso a los perros. Digamos que campan a sus anchas y se rebelan contra esa prohibición siempre que pueden.