¿Te niegas a oler los sobacos más pestosos de la historia? ¿No quieres ser víctima de un eructo con sabor a chorizo del malo? Si las dos respuestas son afirmativas, deberías hacer como esta chica, que se ha inventado la solución ideal para marcar distancias en el Metro. Además, dicho sea de paso, también sirve para que los típicos pervertidos no aprovechen la aglomeración para arrimar cebolleta.