Cuando uno ve carteles como el de la chica que aparece encima del protagonista de la siguiente fotografía, uno se pregunta si comprar es tan divertido como parece. A mí me aburre bastante, sobre todo cuando me veo obligado a ser un perchero humano.
Cuando uno ve carteles como el de la chica que aparece encima del protagonista de la siguiente fotografía, uno se pregunta si comprar es tan divertido como parece. A mí me aburre bastante, sobre todo cuando me veo obligado a ser un perchero humano.