Una broma pesada de la marca Nivea dejó petrificados a varios pasajeros en un aeropuerto alemán. Lo primero que hicieron fue elegir unas víctimas al azar mientras esperaban embarcar en su vuelo, luego tomaron una fotografía de la persona sin que se diera cuenta, usándola en la portada de un periódico, en la cabecera de un noticiero de la televisión, y por si el susto no fuera suficiente, se daba una descripción de la protagonista a través de la megafonía del aeropuerto para avisar del peligro que suponía su presencia. Se puede decir que ninguno de ellos podía ni sospechar la pesadilla que iban a vivir durante unos minutos, para ellos seguramente eternos.