Tocar de espaldas y con un gato encima no tiene que ser nada sencillo. Sin embargo, algunos se animan a probarlo para ver si así pueden entrar en el Libro Guinness de los récords.
Tocar de espaldas y con un gato encima no tiene que ser nada sencillo. Sin embargo, algunos se animan a probarlo para ver si así pueden entrar en el Libro Guinness de los récords.