Una ventaja de ser flexible es que puedes entrar en el metro aunque las puertas estén pitando y tú estés todavía fuera. Un simple salto con algo de gracia puede ser suficiente para meterse dentro.
Una ventaja de ser flexible es que puedes entrar en el metro aunque las puertas estén pitando y tú estés todavía fuera. Un simple salto con algo de gracia puede ser suficiente para meterse dentro.