¿Se puede ser gordo y gracioso a la vez? La respuesta es que sí, o por lo menos es lo que puedo afirmar después de ver a este gato que se pasa todo el día comiendo, durmiendo y revolcándose por el suelo. ¡Menudo trasto!
¿Se puede ser gordo y gracioso a la vez? La respuesta es que sí, o por lo menos es lo que puedo afirmar después de ver a este gato que se pasa todo el día comiendo, durmiendo y revolcándose por el suelo. ¡Menudo trasto!