Cuando uno llega a la tercera edad, puede seguir montándoselo bien. Incluso se puede atrever con un bar Coyote como el de la famosa película en la que aparecían mujeres despampanantes.
Cuando uno llega a la tercera edad, puede seguir montándoselo bien. Incluso se puede atrever con un bar Coyote como el de la famosa película en la que aparecían mujeres despampanantes.