Seguro que más de una vez habréis llorado pelando cebollas, es algo prácticamente inevitable. Y digo prácticamente porque hay quien ha encontrado la técnica idónea para que sus ojos no derramen ni una lágrima.
Seguro que más de una vez habréis llorado pelando cebollas, es algo prácticamente inevitable. Y digo prácticamente porque hay quien ha encontrado la técnica idónea para que sus ojos no derramen ni una lágrima.